jueves, 22 de marzo de 2012

ANDROGYNY VOL.1

RECONSTRUCCIÓN DEL GÉNERO
“Reconstrucción del Género” es una obra con variedad de significados simbólicos. En primer lugar, le puse este título a la obra porque me parece que se destruye el sexo (comencé basándome en el cuerpo de un hombre obeso) del personaje principal para reconstruirlo y convertirla en “mujer”. Se trata de buscar el anti-género, es decir, pasar por la deconstrucción del individuo para convertirse, tras significativos cambios, en lo que uno deseé. Esto hay que explicarlo bien pues uno nace hombre o mujer y simplemente ese es su género, lo cual no indica que ese sea el marco en el que se tenga que mover, uno a de decidir  cual es el espectro en que se siente cómodo y coger de ambos sexos lo que en beneficio del Individuo convenga. Una forma metafórica de explicar casualmente esto fue el que fuesen hormigas carnívoras hasta la vagina del personaje. Mediante la destrucción del otro género (masculino) se convierte el género en femenino.
Otra de las curiosidades de haber realizado la obra con hormigas representadas fue que yo andaba indeciso de si hacerlo o no, la decisión fue irrevocable cuando por arte de la “casualidad” apareció un día por el lienzo una hormiga. Además de tener simpatía con el gran maestro del surrealismo Salvador Dalí, el cual hizo de las hormigas y de los saltamontes uno de sus iconos plásticos.

Otra de las cosas que llaman la atención en el lienzo, es la mutación a pinza que sufre el personaje y también la amputación. Uno cuando desea con intensidad cambiar cosas en su vida, a de tener cuidado, porque se pueden hacer realidad. Y a veces esos cambios que deseábamos no son los esperados… no obstante, toda transformación conlleva un sacrificio, y este nunca esta exento de sufrimiento.

Por otro lado, esta el tema del vendaje. El vendaje es muy simbólico ya que nos impide ver el rostro del personaje pro un lado, no nos deja ver su sufrimiento y por otro se aísla del mundo, un mundo que le duele mirar, ese mundo que le hace vulnerable y le hace daño.
El vendaje esta empapado en sangre y esto lleva al espectador a pensar directamente que tras las vendas hay un rostro herido y no va desencaminado porque si nos fijamos el surco de sangre esta situado donde estaría situada la boca. Esa boca que expulsa el dolor convertido en sangre. No puede articular palabra pues su sufrimiento la lleva a sufrir en silencio, a ser ignorada.

En el mundo en que vivimos, comienzos del siglo XXI, a habido cambios significativos en la sociedad aunque no los suficientes para hacer que este que escribe se sienta orgulloso. Aun así, quiero centrar el tema hacia el sexo confuso, es decir, la transexualidad (ya que este cuadro es una clara pintura de ello).

Uno de cada 2000 niños nace con sexualidad ambigüa. Esto quiere decir que tiene genitales tanto masculinos como femeninos, por no hablar de sus hormonas… a lo largo de la humanidad, cuando un niño a nacido con este tipo de confusión genética los médicos les han dado la posibilidad a sus padres de decidir operarlo para que decidan por el niño si ha de ser mujer u hombre. Los padres el la mayoría de los casos deciden llevar la operación acabo y este niño crece y se hace mayor. Puede resultar que a medida que este niño va haciéndose mayor note que no se siente cómodo con su género y decida o no operarse para convertirse físicamente en lo que realmente se siente. También se han dado casos de personas que no se inclinan por ninguno de los dos sexos y deciden ser ambas cosas (llamado el tercer sexo).

Este tema es algo muy complejo de explicar y creo que no me corresponde explicarlo a mí ya que la transexualidad es algo muy extenso y difuso para quienes la vemos desde el exterior. Pero si puedo decir, que los transexuales debido a su mala pasada genética sufren muchísimo  desde pequeñitos por culpa de la sociedad, es muy injusto.
¿No debería la sociedad volcarse en alguien que sufre una malformación genética? La sociedad no solo no ayuda a este tipo de personas sino que además les pone impedimentos y las destruye emocionalmente. Lo cual les hace aislarse de la sociedad, y la sociedad contribuye a hundir la autoestima, el ego y el valor de las personas que sufren.

En definitiva, el sexo no son dos opciones, femenino o masculino, son una suma de otras muchas multiplicaciones, cada uno tiene la suya y es una ecuación personal así que nadie a de sumar, multiplicar, dividir, ni restar la ecuación de nadie.

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